Resumen:
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Este manual aspira a no ser sólo de utilidad para los museos, sino que también pretende servir a todos aquellos lectores interesados en la comunicación, en su sentido más amplio. En este texto se reivindica una fascinante forma de expresión: el lenguaje museográfico, el cual dispone de una serie de recursos comunicativos propios y particulares, constituyéndose como un lenguaje autónomo más, necesario, soberano y de pleno derecho.
Este no es un libro terminado, sino que pretende —desde el máximo recato— abrir caminos e inspirar reflexión y desarrollo en relación a un lenguaje que todavía está en sus albores a pesar de las apariencias. El lenguaje museográfico tiene por delante un recorrido todavía inmenso, un recorrido que trascenderá incluso a los propios museos y que lo incorporará como un recurso más a disposición de todo tipo de intenciones comunicativas.
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